martes, 1 de enero de 2008

Me quiero mucho, poquito, nada

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11ava Personalidad: Quiéreme Gabriel

Puedo echarle la culpa a muchas cosas y gente del porqué. Mi autoestima toca fondo cada vez que se lo propone. Es extraño, digo tener mucho ego pero pienso que vive oxidado, que promociona eventos y luego los cancela, en las mismas narices del que escribe. Fue tan fácil reírse para luego darse cuenta de lo complicado que sería llegar a la meta, aún peor si el corazón marcaría el camino. Y es éste mismo el que absorbió todas esas experiencias enlatadas que fueron deteriorando mi mente, oyendo a la gente articular palabras hirientes e inmundas, infectadas de desprecio y falta de enseñanza. Con el tiempo he dejado de prestarle atención a la autoestima, pero es que en ciertas circunstancias me devuelve al mundo que pertenezco.

Al mundo de nadie.

Tal vez tenga resentimientos con la gente que no supo decir "vas bien" o "no servís", también con acciones y abandonos, pero en ésta mañana me resulta fácil de ver lo poco que me quiero, convertido en una estupidez tan grande como mi cabeza llena de ideas, sabiendo que valgo por muchos y que actúo por pocos, gritando que puedo llegar a abrazar lo intocable e irónicamente, luego tirarme en el rincón, con las piernas hundidas en el pecho, las manos haciendo más fuerza, las rodillas conteniendo mis lágrimas y el vivir olvidado.

Creo que hasta ni yo lo entiendo.

No me importa hacerlo, simplemente quiero aceptar como soy. Creer en lo que puedo alcanzar.

Y tal vez, volver a sentirme Gabriel

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