domingo, 13 de abril de 2008

El lado oscuro de la perfección

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15ava Personalidad: Perfeccionista

Debí haberte escrito en un papel de chocolate que te quiero. Y luego haberme quedado a tus espaldas, con la flor a piel y el beso espectante, que el pasado sea una enmienda gastada, un retazo perdido en el tiempo, un parpadeo ya olvidado. El mundo tiembla cuando rompo un trozo de papel, se desangra por la tinta que he trazado en su piel, se despeina con el viento que entre mis dedos provoco, la desdicha añora la esperanza y la poesía... no tenerme como su escritor...

Debí haberte abrazado mejor. Haber detenido la primer hoja de otoño, haberle tramado un laberinto en el aire y por un segundo eterno, haberle desdibujado la sonrisa y robado el regreso a su tumba. El grano de arena bosteza al verme separado una vez más de ti, deshaciendo lo que ya estaba hecho, unidos por el simple amor y el complejo sentimiento, las piezas perfectamente encajadas, la luz dulcemente apagada, las manos suavemente asentadas... punzantes...

Debí haberte dicho lo que sentía. Pero es que la rutina mata, los huecos son profundos. Caminar sobre el silencio me turba, temo romper en dos el paraíso y dejar de ser tu distracción. La mente escribe libros pero destruye árboles, se enamora fácilmente pero aumenta su miedo a perder, abraza fuerte pero clava un puñal... La mente no vive sin el corazón, más sus pensamientos son titiriteros de cada emoción. Mi mente escribe biblias pero también apocalipsis...

Debí no haber visto el lado simétrico de los instantes.

Gabriel